martes, 5 de septiembre de 2017 |

La vida después del Burger King: un duro proceso de purificación


Libro La magia del orden, de Marie Kondo
Hay etapas en la vida que marcan mucho. Quizá todas marquen, pero esta sin duda fue especial. Fue duro marcharse de allí, pero así tuvo que ser. Como suele suceder, entré en una crisis existencial de las mías: de esas en las que te sientes a la deriva, no sabes ni dónde vienes y sobre todo, no sabes a dónde a vas. Fue entonces cuando me topé con el libro de La magia del orden, no digo que me cambiara la vida pero sí a salir del pozo.
Para mí fue un proceso de purificación total. Este libro es un manual de autoayuda, la autora te ayuda a ordenar tu casa (y con ello tu vida). Yo no soy mucho de estas cosas, ni de libros de autoayuda ni de ordenar. Yo soy un caos, intento mantener la habitación limpia pero me cuesta horrores mantener algo ordenado. La razón principal, es que tengo (o tenía) demasiado apego a las cosas y las acumulaba en la habitación.
La autora me ayudó a deshacerme de ropa, de libros, trastos que no me aportaban nada. Os voy a contar un poco cómo fue ese proceso.
Ropa


Antes de ordenar
Después de ordenar
Yo no gasto  demasiado dinero en ropa. No es que no me guste, sino que prefiero invertir mi dinero en otras cosas (sobre todo, en libros, cine, teatro y esas cosas que me gustan). Se puede decir que en ropa "soy la reina de las gangas". Una vez compré una chamarra de 40 euros por 10, y la he usado durante diez años. Lo primero que hice (que te lo recomienda la autora) es que saques toda la ropa de tu armario y la pongas en un mismo sitio. Si vas por partes, no serás plenamente consciente de toda la ropa que tienes. Durante el proceso hice fotos, pero nunca pensé que escribiría sobre esto en el blog. Donde mejor se ve el proceso es en mi ropa interior, así da más morbo y da más audiencia. No, es broma. Algunas fotos las he perdido, pero creo que en estas dos se ve bien el proceso. Alguno me llamará cerda, pero a estas alturas de mi vida me da bastante igual lo que opine o diga la gente. La autora del libro también te muestra cómo ordenar la ropa. Yo recomiendo ver vídeos en YouTube, para verlo de una forma más gráfica. Será mejor que lo que yo pueda explicar por escrito. Así queda todo lo que tienes visible en un solo golpe de vista. La gente tiende a apilar la ropa, y acaba poniéndose la camiseta que está arriba del todo. Lo que queda abajo lo olvidas, y no te lo vuelves a poner.

Pero, ¿qué hacer con toda la ropa que deshechas? Dásela a la gente necesitada. No la tires al contenedor de la basura.

Libros

Así de mona quedó mi estantería
Este fue un proceso muy complicado. Los libros son mis compañeros de viaje en esta miserable existencia que me ha tocado vivir. Mi válvula de escape. y como siempre digo, leer es la forma más barata de viajar sin dinero. Pero treinta años como lectora empedernida da para mucho, da para acumular cientos de libros. Reflexioné mucho sobre este tema, pero sinceramente llegué a la conclusión de que son pocos los libros con los que tengo un vínculo emocional, así que me puse manos a la obra. Ni se me ocurrió por un segundo hacer lo que recomienda la autora que es depositar TODOS los libros en un mismo lugar de la casa. Hubiese sido una locura. En total, creo que aparté unos doscientos libros que metí en cajas, y que después regalé. Me sentí muy bien después de ello, ya que por primera vez en mucho tiempo tenía espacio en las estanterías y no tenía todos los libros apelotonados. Comprendí que hay que dejar volar a los libros, darles una segunda oportunidad de ser leídos y no dejarlos en la estantería acumulando polvo. Algo de mí siempre irá en sus páginas.

Papeles
Otro problema importante que tengo: acumular papeles, montañas de papeles. Como ya me ha pasado (y más de una vez) lo de aprobar una asignatura y que resultara ser un lamentable error, me da pánico tirar algo que no debería. Aún pienso que un día me llamarán de la Universidad y me dirán que hubo un error y tengo asignaturas suspensas. En esta parte fui una niña muy mala y no tiré demasiado. Lo reconozco. Simplemente organicé los papeles que tenía por el escritorio y por los cajones.

Trastos
Todos acumulamos trastos que no sirven para nada: cables, recuerdos de la infancia, las cartas de tu primer novio, y ese tipo de cosas. Como dije, tiendo a acumular todo. Retiré puzles de cuando era pequeña, algunos juguetes, CD antiguos, cables, miles de cosas. Tantas cosas que llené tres sacos de basura.

Conclusión
Ya he dicho que no ha sido algo que me cambiara la vida complemente y me haya hecho reencontrarme a mí misma, pero después de terminar este proceso tuve la fuerza suficiente como para redactar un currículum nuevo y salir la calle, a patear, a buscar empleo.





3 comentarios:

Dyn dijo...

La verdad es que yo no soy mucho de acumular, hago un par de limpiezas generales al año, pero a pesar de ello siempre salen un par de sacos y nunca se de donde salen si había hecho limpieza hacía poco.
Está claro que lo de acumular y apegarse a cosas absurdas es algo normal y completamente humano.


Suerte X.

Lopeorestáporvenir dijo...

Tú es que lo mandas todo a tomar por culo siempre.

Dyn dijo...

Cierto es!

Publicar un comentario