jueves, 29 de marzo de 2018 |

Una tarta de manzana llena de esperanza, de Sarah Moore Fitzgerald


''La esperanza nunca es destructiva. La esperanza es lo que te ayuda a seguir adelante –dije.
Y lo decía en serio. La esperanza es tan necesaria como el agua o como el aire que respiras. Sin ella, todos podríamos terminar por lanzarnos desde el embarcadero a las aguas oscuras del mar"
Hay libros que pasan por una misma sin pena ni gloria, que simplemente cumplen con su función, entretener. Otros que llegan en el momento adecuado e impactan dentro de ti como un meteorito, arrasando con todo lo que hay alrededor. Este es el caso de Una tarta de manzana llena de esperanza.
Con un estilo sencillo pero directo, además de polifónico,  la autora nos lleva de la mano de sus dos protagonistas. En primer lugar, tenemos a Oscar, un chico de catorce años con un don especial: el de hacer tartas de manzana "mágicas" porque tienen el poder de hacer felices a quienes la comen. En segundo lugar, está Meg, la mejor amiga de Oscar, que tiene que trasladarse de Irlanda a Nueva Zelanda durante seis meses.
La historia comienza con la desaparición de Oscar, que aunque no se haya encontrado su cuerpo, se le da por muerto. Solo Meg y su hermano Stevie piensan que podría estar vivo. Pero la autora nos retorna a meses atrás y poco a poco vamos conociendo qué ocurrió en la ausencia de Meg, qué es lo que le llevó a Oscar a desaparecer.
Supongo que no es un libro para todo el mundo porque no es un libro en la que la acción tenga demasiada relevancia, sino es una historia sobre sentimientos y emociones. La amistad, la verdadera amistad, y la esperanza son sus temas principales. Siempre queda una miga de las tartas llenas de esperanza, la esperanza de que algo cambie el rumbo de las circunstancias. Pero la autora no sabe que a veces, aunque queden migas sobre la mesa alguien viene a tirarlas a la basura, y entonces es cuando lo has perdido todo. La esperanza es el motor que mueve el mundo, y sin esperanza no hay nada.
martes, 27 de marzo de 2018 |

Mijir liir in pipil

Desde hace un par de noches se va la luz en el barrio y para algunos es un drama: no funciona la televisión, no funciona el WIFI. ¡¡Apocalipsis!! Suerte que yo tengo mi Kindle Paperwhite (y no, no me paga Amazon por hacerles publicidad) con luz incorporada. 
Sí, sí que conozco el placer que supone tener un libro físico en las manos. No olvidéis que llevo más de veinticinco años como lectora, antes de leer en digital leí cientos de libros en papel.
¿He dejado de leer en papel? No. No he dejado de leer en papel ni creo que nunca lo haga. Pero quiero hablar de las ventajas que tiene el libro electrónico.
  • No acumulas libros en las estanterías. Desde hace unos meses opté por donar casi todos mis libros. Exceptuando los de la carrera (obras clásicas griegas y latinas, manuales, etc.) me deshice prácticamente de todos. ¿Para qué acumular polvo en las estanterías? ¿Acaso vas a releer todos tus libros otra vez? No te lo crees ni tú.
  • Comodidad. Os pongáis como os pongáis es mucho más cómodo leer en el e-reader. ¿No habéis leído tochacos de más de mil páginas en tapa dura? ¿Eso es cómodo? ¿En serio? Los libros de tapa dura son incómodos. El libro electrónico no pesa, puedes leer de cualquier postura, y además es más fácil de transportar.
  • Libros más baratos. ¿Cuántas veces os ha pasado que os habéis gastado 20 euros en un libro y que ha resultado ser un bodrio? Los libros digitales son más baratos, aparte de que hay ofertas y opciones como Kindle unlimited.
  • Comprar sin salir de casa. No sé dónde vivís los demás pero yo para ir a una librería tengo que coger el metro e irme bastante lejos. Con un solo click puedes comprar libros en menos de un minuto, incluso en festivo y fines de semana.
Y por último una observación, ¡qué casualidad que la mayoría de detractores del libro electrónico que conozco son aquellos que "dicen ser amantes de la lectura pero en  realidad es puro postureo".
Mi consejo es que leáis, da igual el formato, pero leed.

Mirad este vídeo y reflexionad.


sábado, 24 de marzo de 2018 |

La noche que enterramos un cadáver en el monte

No es ninguna broma. Una noche mis padres y yo fuimos a Unbe a cavar un hoyo para enterrar un cadáver. Tuvimos esa sensación de "joder, como justo pase la policía en este momento".

Antes de tener a mi gato, Charly, tuvimos tres conejos (por separado) que no corrieron mucha suerte. El primero, Rasty, vivió tres años, de los cuales gran parte del tiempo estuvo enfermo con un problema respiratorio. La segunda, Lola, murió a las dos semanas por una diarrea. El último, ET (como el extraterrestre) murió a la semana por un catarro.

Quiero denunciar desde aquí la compra-venta de animales. Los conejos enanos son destetados y apartados de su madre demasiado pronto porque cuanto más pequeños son, más posibilidades tienen de ser vendidos. Esto hace que caigan enfermos y mueran. No compres animales, adóptalos. Es un ser vivo, no un objeto.

Pero tener animales tiene un pequeño inconveniente, ¿qué haces con ellos cuando se mueren? ¿los tiras al contenedor? ¿les metes en el Ocaso? Pues no, vas al monte de noche con una pala para cavar un hoyo. Y ahí nos veis, a los tres, cavando un hoyo entre unos árboles pero con buena vista a la carretera por si pasaba la policía y acabábamos en el calabozo.








viernes, 23 de marzo de 2018 |

Big Little Lies, de Liane Moriarty

Sin que sirva de precedente (porque sembrar aquí un precedente puede ser muy peligroso) mi hermana me ha recomendado un libro que me ha gustado. No hay que decírselo mucho porque entonces se le sube a la chepa. Algún día haré un repaso en el blog de los grandes bodrios que me recomendó.

Primero he leído el libro y después he visto la miniserie de la HBO. Pero os estaréis preguntando: "¿de qué demonios trata esto?".  La historia arranca con un asesinato/ accidente/homicidio en un concurso de preguntas que ha organizado el colegio del pueblo para recaudar fondos. Hasta
el final no sabremos qué ocurrió ese día. Pero esto solo es un pretexto para volver unos meses atrás y conocer a sus tres protagonistas.

La trama gira entorno a tres madres, aparentemente madres perfectas con niños perfectos que empiezan el colegio. Madeleine, casada por segunda vez y fruto de su primer matrimonio tiene una hija adolescente. El ex marido no se hizo cargo de ella en sus primeros años pero regresó como padre perfecto, además se ha vuelto a casar (con una tipa un poco hippie y zen, a la que Madeleine no soporta). Por otro lado, tenemos a Celeste que pegó lo que se conoce vulgarmente como "pegar un braguetazo". Marido perfecto y millonario, con una lujosa mansión con vistas al mar. Envidia de todas las madres porque a pesar de llevar muchos años de pareja, se aman como el primer día. Por último  Jane, madre muy joven y soltera que se acaba de mudar al pueblo.

Tras este espejismo de perfección se van desenmascarando las tres protagonistas. El libro aborda temas tan dramáticos como la violación o la violencia de género, de forma muy profunda.

A mí me han encantado tanto el libro como la serie. Es una buena adaptación pero han hecho algunas variaciones que no entiendo, por ejemplo, la localización geográfica. Si el libro sitúa la trama en un idílico pueblo de Australia, la serie la sitúa en Monterrey (California).  También han añadido tramas que creo que no sumaban a la historia, sino que restaban. Pero aun así es de las mejores series que he visto últimamente.


miércoles, 14 de marzo de 2018 |

El vestido de noche (La robe du soir)

Siempre he dicho que el cine francés es mi debilidad. No recuerdo una sola película mala francesa y desde hace algunos días me quejaba que no encontraba ninguna cinta que me cautivara, que me hiciera recordar que una de mis pasiones es el cine. Para los que han llegado tarde, este blog en sus inicios era sobre cine y se llamaba "Marilyn nunca estuvo aquí", lo que pasa es que tenía tanto éxito como la Falange en Bilbao y tuve que darle un giro en la temática.

Pues bien, la película nos relata la historia de la pequeña Juliette, una taciturna niña de 11 años que está enamorada hasta la  médula de su maestra la señorita Solenska. Siente un amor tan profundo hacia ella que le hace daño, que se convierte en una profunda obsesión. Querer alcanzarla, solo poder soñar que está junto a ella.Además, desarrolla unos celos enfermizos hacia un compañero de clase al que la profesora presta más atención. Y ciertos hechos le hacen sospechar que mantienen una relación en secreto.

Juliette es un personaje casi "afásico", rara vez escuchamos su voz pero lo grandioso es que a esta cría no le hace falta decir nada para contarnos qué pasa dentro de su cabeza: sus miradas, sus silencios, su expresión de dolor dicen más que cualquier palabra. En ningún momento verbaliza el amor que siente hacia la señorita Solenska pero no hace falta, sus gestos la delatan.

No quiero destripar la película porque quiero que la veáis. Tened en cuenta que es cine europeo, que se aleja del cine convencional. No esperéis una acción trepidante, sino un viaje hacia el interior de esta niña.
Dejadme vuestras recomendaciones en los comentarios. Seguidme en el blog y por mis redes sociales.

lunes, 12 de marzo de 2018 |

El extraño caso del profesor de latín

Cuando empecé a estudiar Filología Clásica me veía un poco floja en la asignatura latín y quería mejorar. Vi en el tablón de la facultad un anuncio de un tipo que daba clases a buen precio. Una compañera de clase y yo nos apuntamos.
¡Qué personaje el profesor! ¿Recordáis la película de Regreso al futuro? ¿El doctor? Os ilustro aquí con una foto. Era su vivo retrato. La verdad es que no recuerdo el nombre de tan excéntrico señor pero nosotras le llamábamos "El regre".

No era solo la apariencia sino las películas que nos contaba. Películas que no se las creía ni él. Creo que nos contaba lo que le hubiera gustado que le pasara. 

Nos contó que tenía una alumna de catorce años y una vez durante la clase él salió momentáneamente. Cuando volvió estaba desnuda tumbada en el sofá. Él la rechazó muy educadamente diciéndole que "si fuera mayor de edad se hartarían a follar"

Luego nos contó otro de sus sucesos erótico-festivos. Había una alumna que no le pagaba nunca así que llamó a la madre. Esta se presentó allí y le enseñó las tetas, proponiéndole arreglar el asunto de otra manera. Él le dijo que lo prefería en dinero. Bajó al cajero y después arrojándole el dinero le soltó "no sabía que fueras maricón". 

Y resulta que él conocía a todos los profesores de Clásicas de la Facultad, pero misteriosamente ellos a él no, a pesar de las juergas que supuestamente se pegaban. 

Pero lo mejor fue un día que el buen señor empezó a desvariar, diciendo que se iba a proclamar César porque es mucho más que proclamarse Dios.  Además, iba a darle a un supuesto botón que apagaría Internet, nos iba a quitar a todos los móviles porque creaban barreras entre las personas. Cambiaría la tauromaquia por los clásicos circos con leones y arrojaría a los cristianos a los leones (curas, sacerdotes, etc.) porque a las únicas buenas personas que conocía eran los leones. 

Resumiendo, todo sería igual que en el Imperio Romano, incluidos los carteros que irían a pie, si acaso a caballo. Pero lo más importante que había que recuperar del Imperio Romano era el folleteo. Sí, el folleteo, la alegría de la vida. 

¿Por qué dirán que los de Clásicas somos raros?