miércoles, 14 de agosto de 2019 |

Empezar a leer en inglés

Aunque mi idea inicial era dar algunos consejos y pautas para empezar a leer en inglés, me gustaría contar un poco mi experiencia en el aprendizaje de la lengua de Shakespeare. Y recalco esto, es tan solo mi experiencia y además, por si a alguien se le ocurre escribirme para pedirme consejos para preparar el First, que se ahorre el esfuerzo. En serio, no soy la persona idónea.

He de confesar que el inglés siempre fue mi tarea pendiente. La verdad es que nunca he sido muy diestra para los idiomas, aunque irónicamente asimile muy bien los conceptos lingüísticos. Y es que creo que para aprender un idioma hay que ser un poco "sinvergüenza" y lo que se dice "echado pa´lante", definición en la que yo no encajo. Soy la antítesis: tímida, reservada y por mis venas, en vez de sangre, fluye horchata de Valencia. Para que veáis que lo tengo todo en contra para aprender inglés, os contaré que yo necesité un logopeda para aprender a pronunciar de forma correcta. Lo que pasa es que el logopeda solo me enseñó a pronunciar castellano. Pues ya veis, con la buena tajada que se llevaría -porque no entraba por la Seguridad Social- ya podría haberme enseñado algo de fonética inglesa.

Yo empecé a estudiar inglés en el colegio, con ocho años. El primer curso era divertido y creo que la profesora hacía bien su trabajo (auqnue no recuerdo a la buena señora) porque nos hablaba en inglés, aprendíamos vocabulario, nos corregía la pronunciación. El curso siguiente cambiamos de profe (y de esta sí me acuerdo), parecía recién salida del ejército y su método era "gramática pura y dura". A rellenar huecos. Resumen: cursé un idioma durante diez años y salí con un A2 justito. Como quería mejorar y aprender, mi madre me apuntó a una academia para sacarme el B1. La ventaja de esa academia es que estuve en un grupo de cuatro o cinco personas, y me hacían hablar. No digo que no aprendiera, de hecho en la vida tuve tanta soltura hablando inglés como en esa época. ¿Qué ocurría? Que el que una persona sepa una lengua no le convierte en una persona capacitada para ser profesor de dicho idioma. La persona que me daba clase no tenía ningún tipo de formación lingüística, le bailaban los conceptos. Recuerdo cuando explicó la pasiva que tuve que coger aire para contenerme. ¿Otra desventaja? Que en la academia me prepararon para Trinity, bastante más fácil que cualquier otro examen de certificación de idiomas. ¿Por qué? Para asegurarse de que todos aprobábamos, claro. Te venden la moto de que es un examen en el que miden tus "competencias reales" pero el Speaking se lleva preparado de casa y el Writing nos lo corrigieron "de extranjis" en la misma clase. Todo muy profesional y serio.

No volví a dar inglés hasta que por circunstancias de la vida me lo metieron con embudo en la carrera. Vale, sí, saber inglés es importante, útil y lo que queráis, pero quitar horas de griego y de latín en Filología Clásica para estudiar inglés... pero, ¿qué me estás contando? Además, pensad: un grupo de más de 100 personas (todas las filologías), cada uno con un nivel distinto, separadas en cuatro grupos. Y digo yo, ¿no hubiese sido lógico y coherente hacer los grupos por niveles, aunque los contenidos y objetivos fuesen los mismos? Así cada grupo podría avanzar a su ritmo. Tampoco tenía ningún sentido que nos dieran clase con un libro de B1, si luego en el examen nos pedían un B2-C1. Yo se lo comenté a mi profesor y para él fue como si se le hubiera aparecido la virgen, porque me dijo "ah, pues igual tienes razón". Exigían un nivel que no se lo creían ni ellos y, según cuentan las malas lenguas, les debieron de dar un toque de decanato debido a la gran cantidad de suspensos.

Después de salir de la uni, no volví a tocar el inglés hasta este curso que me apunté a la Escuela de Idiomas. Me acababa de quedar sin trabajo y estaba en un momento en el que no sabía muy bien cómo encauzar mi vida. Como tenía B1 (pero el título de Trinity), pues, ¿qué hice? A B2. Fue como lanzarse por un precipicio. La cara de gilipollas cuando fui el primer día a clase fue épica y me dije a mí misma:"yo no aguanto aquí ni dos meses". Ya lo he contado muchas veces, que yo soy más bien autodidacta y una completa inadaptada del sistema educativo. Contra todo pronóstico, y contra todos los malos comentarios que escuché acerca de la EOI, me quedé. ¿Por qué? Porque la profesora hacía bien su trabajo.

Después de relatar mi extraña odisea con el inglés, os daré lo prometido: pautas y consejos para leer en inglés. No soy ninguna experta, de hecho, tuve que meter mucho la pata. Primer error que cometí: empezar por Shakespeare. Creo que salí bastante airosa porque he traducido mucha tragedia griega y mucho verso en general, así que el verso de Shakespeare se me hacía muy familiar. Tenía una edición bilingüe y la traducción en español era incomprensible. Así que, primer consejo: huid de los clásicos. Ya sé que a los apasionados de la literatura os hace ilusión leer a Virginia Woolf en versión original. Pero no, dejadlo para más adelante.

Aunque mucha gente no estará de acuerdo, no me parece buena idea leer en el Kindle porque el diccionario viene incorporado. El diccionario cuanto más lejos, mejor. En serio, hacedme caso. Sé que cuesta, pero hay que asimilar que no se puede entender todo y de hecho, no es necesario entenderlo todo para seguir una historia. Hay que intentar deducir el significado por el contexto, y además, hay datos que son irrelevantes. Por ejemplo, si lees "the red house", ¿es realmente revelador saber que la casa es roja? Recomiendo buscar palabras que se repitan constantemente y algunas concretas que entorpezcan la lectura. Es lo que hay. Ni en el examen ni en la vida real hay diccionarios.

No sé si esto es un aconsejo o una advertencia: no vais a aprender vocabulario por ciencia infusa.O al menos mi caso no ha sido así. Dicen que la lectura (en cualquier idioma) enriquece el vocabulario, mejora la ortografía y  la expresión escrita. Yo nunca he sido consciente de ese proceso en castellano y en inglés creo que es muy lento. Al menos, yo aprendo vocabulario a fuerza de que me salgan las mismas palabras una y otra vez. De cada libro leído aprendo como mucho cinco palabras.

El siguiente consejo: no compréis libros a ciegas. Amazon da opción a previsualizar las primeras páginas. así que, echad un ojo primero. Yo tengo la teoría de las primeras páginas de una novela son las más "líricas" y "poéticas", porque el escritor se viene arriba y quiere exhibir su plumaje como un pavo real. Después, se relaja y la prosa se vuelve más simple. Así que no os fiéis de las primeras dos páginas, avanzad un poco.

Antes de recomendar algunos libros: paciencia, paciencia, paciencia. Es difícil cambiar el chip y pensar en inglés mientras se lee. Pero se consigue cambiar, a mí ahora se me hace hasta extraño leer en castellano.

¿Por dónde empezar a leer en inglés? Lo primero, asumid que no vais a poder leer los mismos libros que leéis en castellano, al menos de momento. Mi profesora de inglés me dio una lista de lecturas recomendadas para B2-C1, pero yo como soy así, no escogí ninguno de esos libros y empecé a crear mi propia lista de libros preguntando a otros blogueros, viendo recomendaciones en Youtube e investigando por mi cuenta. A continuación os dejo una breve lista, por niveles, según mi opinión y mi experiencia leyéndolos.

FÁCIL

1. The wonder down under, Nina Brochmann
3. George, Alex Gino
4. Wonder, R.J Palacio
5. A monster calls, Patrick Ness

INTERMEDIO

6. Everything, everything, Nicola Yoon
7. Room, Emma Donoghe
8. The couple next door, Shari Lapena
9. The vagina monologues, Eve Ensler
10. The diary of a young girl, Anne Frank

DIFÍCIL

11. Hamlet, William Shakespeare
12. A room of one´s own, Virginia Woolf
13. 13 reasons why, Jay Asher
14. Fangirl, Rainbow Rowell
15. The summer without men, Siri Hustvett

Un último consejo, y prometo que esto no es una colaboración. Para comprar libros de segunda mano en inglés, si no os urgen demasiado, Iberlibro es una muy buena opción.

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