jueves, 7 de marzo de 2019 |

Safo de Lesbos (Especial 8M: Día de la Mujer)

No sabía muy bien sobre qué escribir este 8 de marzo. Podría hablar desde tantas perspectivas, de tantas mujeres que la historia ha tapado, podría hablar de la misoginia, del feminismo, de las sufragistas, de mujeres científicas y que cambiaron el curso de la historia. Esas mujeres cuya voz ha sido silenciada. He decidido escribir sobre Safo de Lesbos, la primera poetisa que existió o más bien, para ser más precisos, de la primera que nos ha llegado su obra. ¿Existieron antes que ella mujeres que componían poemas? Seguramente sí. 

¿Quién es Safo?

Frente a otras mujeres de la Antigüedad ficticias, como Lisístrata o Penélope o figuras idealizadas como Lesbia, Safo es una figura puramente histórica. Nació como el poeta Alceo en la isla de Lesbos, según la Suda (enciclopedia bizantina) en Éreso, mientras que un papiro de Cameleonte, en Mitilene. Los cronógrafos colocan su nacimiento hacia el año 600 a.C., igual que el de Alceo. Otros lo llevan más atrás, hasta el 612-609.

Si hacemos un recorrido por el arte, la numismática y la literatura, vemos que el alma de Safo ha quedado impregnada a lo largo de la historia en distintas áreas. Por ejemplo, en el Museo Nacional de Varsovia encontramos un vaso en el que encontramos una imagen de Safo de pie con una lira en la mano. Cicerón, por su parte, nos cuenta el robo de una estatua (atribuida al escultor Silonión), en cuya base ponía: "Mi nombre es Safo de Lesbos y superé a las mujeres en poesía tanto como el Meónida (Homero) a los hombres".

En literatura, la figura de Safo ha dado lugar a especulaciones, opiniones y prejuicios sobre su vida amorosa, atribuyéndole a diversos amantes, como Alceo, Arquíloco, Anacreonte e Hiponacte. De hecho, sabemos de la existencia de cinco o seis comedias con el nombre de Safo, atribuidas a Antífanes, Dífilo, Anfis y Timocles. También sabemos que  "Faón" de Platón, el cómico y por lo menos, otras tres con el título de "La mujer de Léucade", entre ellas una de Menandro. Pusieron sobre el escenario el supuesto romance de Faón y Safo y su supuesto suicidio arrojándose desde la roca Léucade. 

El poeta Ovidio (Heroidas, 15) escribe una supuesta carta que Safo escribe a Faón de la que se han querido extraer algunos datos fidedignos. Esto ayuda a la imagen de Safo víctima de un amor que la condujo al suicidio. Otros autores ayudaron a desfigurar su imagen, como Horacio que acuñó la expresión "Safo masculina" o Dídimo, que divagó sobre si Safo era prostituta o no. Taciano en su "Discurso sobre los griegos" la tachó de hetaira y de prostituta y dijo que enloqueció de amor y que solo cantaba sus desvergüenzas. 

Desde la Edad Media y principios del Renacimiento, los autores han analizado e interpretado la figura de Safo a su particular manera, unos ensalzándola y otros denigrándola.

¿Qué es la cuestión sáfica?

Mucho se ha divagado sobre esta cuestión. Para el que no lo sepa, se dice que Safo estaba metida en una especie de círculo de mujeres que lideraba. ¿Qué hacían? He aquí la cuestión. Barajamos tres explicaciones: 

1. Que Safo fuera como una especie de maestra. Educaría a muchachas nobles de Lesbos y Jonia. Wilamovitz pensaba que era una directora de un pensionado de señoritas de la buena sociedad que acuden a Lesbos para prepararse para el matrimonio. 

2. Que era una especie de "tíaso", un círculo de mujeres encargadas de hacer culto a alguna divinidad como Afrodita. El problema es que no conocemos ningún caso parecido en la Antigüedad. 

3. Que era una especie de burdel, con pleno dominio de libertinaje sexual femenino y Safo era una hetaira homosexual. 

La última hipótesis está totalmente descartada por ser poco verosímil. Las dos primeras podrían tener algo de fundamente pero Fernández-Galiano nos da una cuarta hipótesis, la reunión de muchachas podría ser "un grupo de amigas que se reunirían para oír versos sáficos y tal vez para cantarlos. 

Obra

Ha sido reconocida, sobre todo, por sus odas "Himno a Afrodita" y "Me parece igual a los dioses". Su obra culmina en los poemas que se mueven dentro de su círculo y que hablan de sus fiestas y celebraciones, de las relaciones entre sus miembros, especialmente en las que Safo expresa sus sentimientos, hace reflexiones personales, exhortación, celos, etc. Pero antes de llegar a esta culminación, es conveniente decir algo de la poesía tradicional y popular que cultivó.

Himnos: solo el fragmento 44 oficial o tradicional es un himno a Ártemis en el que habla la diosa, que promete su virginidad. La parte central se cantaría en una fiesta de la diosa. El fragmento 2 es una invocación a Afrodita para que venga desde Creta al bello huerto en que Safo y sus amigas celebran la fiesta, a la que se invita a la diosa. En cambio, el fragmento 17 está dirigido a Hera, aquí el centro es el mito de cómo los átridas antes de regresar a su patria, oraron en el templo de la diosa en Lesbos.

En los himnos tomó experiencia para crear un nuevo tipo de poesía. También de otros géneros populares, en parte dramático, con diálogo entre personajes que no son la poetisa. Ejemplos: palabras doloridas de la hija enamorada dirigidas a la madre; el "Poema de Faón", ese que tantas malas interpretaciones ha causado; el deseo de muerte: recuerdo de amores antiguos.

Este género nació en los cultos populares y centrado en el amor de la mujer, su duelo, su diálogo con la madre o con diversos personajes ha sido, sin duda alguna, cultivado por Safo y es raíz de una buena parte de su poesía. 

Epitalamio: son cantos de boda que Safo componía para las ricas bodas de Lesbos, canciones para los dos cortejos de boda, el de los jóvenes y el de las muchachas. 

Los poemas más personales de Safo parten de la forma del himno o del comentario de una situación u opinión, otras veces alusiones directas a una fiesta. Casi todo se centra en el amor y en otros temas como la naturaleza, la belleza, el amor y las divinidades que lo protegen. El mundo religioso está presente en fragmentos en que Safo pide a Afrodita, como el himno dirigido a esta diosa. Respeta el esquema antiguo y le pide a Afrodita que venga con su carro tirado por gorriones, igual que vino en otro tiempo y pregunta a Safo por su aflicción y le promete ayuda. El centro del poema contiene un mito sáfico que desplaza el mito tradicional, pero el esquema es el mismo.  Hay un rico decorado de epítetos ornamentales, un diálogo familiar entre la poetisa y la diosa, una gradación y un clímax. 

Además, tenemos las canciones de debate que se abrían proponiendo un tema u opinión o describiendo una situación, para concluir bien en una exhortación. Cuando el poema conservado tiene extensión suficiente domina el esquema ternario: hay que un centro que "aleja" el tema principal, lleva a un mito o recuerdo del pasado o una comparación, para "regresar en el epílogo, con cierre del anillo o una nueva conclusión.

Por último, quiero hablar de su poema más famoso, el de "Me parece igual a los dioses", cuya interpretación más probable es que Safo sufre al ver la intimidad amorosa de la mujer y el hombre que tiene delante. Describe los síntomas del amor, que ocupan el centro del poema. 

Si os ha gustado la entrada, sígueme en el blog y en mis redes sociales. 



2 comentarios:

»Miscret dijo...

¡Hola! La entrada me encantó, muy sinceramente. Pocas veces he escuchado algo de Safo en el pasado (de hecho, solo el mito de Faón y Safo que mencionas), y lo que recuerdo lo hago muy vagamente, entonces me parece genial poder leer todo lo que nos pones aquí y me despertaste curiosidad por su poesía. ¡Muchas gracias por esta entrada tan interesante!

¡Nos leemos!
Miscret, de Leer es infinito

Judith Molina dijo...

¡Hola!

Muy interesante, me sonaba Safo porque creo que lo estudié por encima en Cultura Clásica y en Griego.

Besos^^

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