viernes, 21 de diciembre de 2018 |

De Eros a Psique y de la bella a la bestia (Especial Navidad)


"Debes aprender, dice la canción, que antes de juzgar tienes que llegar hasta el corazón."


Todo está inventado. Lo de ser completamente original está difícil. Los escritores beben de los libros que han leído, de la música que han escuchado, de las películas que han visto, de sus experiencias. Es decir, si analizamos cualquier obra y la analizamos podremos ver pedacitos de otras historias. Hay quien achaca a la factoría Disney de no ser originales porque trasladan cuentos clásicos, novelas infantiles, etc. a la gran pantalla. Y aquí me sale mi vena filológica, esa vena que parece estar enterrada - y que se entierra más cuando veo un texto en latín- pero florece como una flor campestre cuando se trata de indagar acerca del impacto de un aspecto de la Grecia Clásica en el mundo moderno. Y ahora os estaréis preguntado, ¿qué tiene que ver todo esto con "La bella y la bestia"? Todo tiene que ver.

¿Sabíais que el cuento de "La bella y la bestia" está inspirado (libremente) en el mito griego de "Eros y Psique"? Por si hay alguien en la sala que no conozca el mito, se lo explicaré con mucha amabilidad (porque si os llamo imbéciles, os ofendéis). Dicho mito nos lo cuenta Apuleyo en el "El asno de oro".
 Autor latino del siglo II a.C. nos trae esta biografía de la transformación en asno de Lucio, en la que además está integrado el mito de “Eros y Psique”. Creo que es la única referencia literaria antigua que tenemos, si alguien conoce otra, que me lo deje en los comentarios.
 
La historia nos cuenta que el rey de Anatolia tenía tres hijas bellas, pero la menor, Psique, lo era mucho más. Era tan hermosa que ensombrecía la belleza de las otras dos (vamos, como yo ensombrezco la guapura de mi hermana). Los hombres la trataban como si fuera una diosa y temían pedirle matrimonio. De hecho, había alguno que pensaba que era la reencarnación de la propia Afrodita.
 
Por consiguiente, la propia Afrodita tenía envidia de la joven y envió a su hijo Eros (Cupido de toda la vida, para el que no lo sepa) para que le lanzara una flecha que le hiciera enamorarse del hombre más feo y monstruoso que encuentre. Sin embargo, Eros cayó rendido ante Psique y se enamoró de ella. Por lo tanto, lanzó la flecha al mar.

Los padres de Psique estaban un poco hartos porque no eran capaces de encasquetar a la chica a ningún hombre. El oráculo, que era como la Esperanza Gracia de la Antigüedad, les vaticinó que se casaría en la cima de una montaña con un monstruo venido de otro mundo.
 
Así que, como es normal en los cuentos, procedieron a abandonarla en el bosque. Ella aceptó su destino con amargura. ¿Qué iba a hacer? Se quedó dormida y el viento Céfiro la llevó al palacio de Eros. El dios apareció ya convertido en su marido y todo (se ahorraron los gastos de la boda) pero a ella no le parecía ningún monstruo. De hecho, era un hombre muy amable. Solo había un problemilla en todo esto, solo aparecía por la noche y a oscuras no pudiendo ver su rostro. Él le advirtió de que si le veía, haría una noche sin mañana y no le volvería a ver.

Al cabo de unas semanas, Psique echaba de menos a su familia y Eros permitió que sus hermanas vinieran de visita.  Las hermanas, por envidia cochina, empezaron a meter la puntillita intentándola convencer de que su marido tenía forma de serpiente. Las hermanas la convencieron para tramar un plan que consistía en cortarle la cabeza. Se dejó convencer pero cuando alumbró su rostro con el candil (porque es difícil cortarle la cabeza a una persona sin verla) mientras dormía, descubrió que era una horrible serpiente, sino que era un joven apuesto. Se puso nerviosa y derramó cera sobre Eros
La joven, rota de dolor, vagaba por el mundo hasta acabar en las garras de la maliciosa Afrodita, que por pura envidia la secuestró y la torturó. Pero Psique no dejó de suplicarle que le devolviera a su amado. Y como la suegra era mala pero no tanto, accedió. Aunque había un pero. Le puso cuatro pruebas, casi imposibles para un mortal. Superó las tres primeras y la última consistía en ir al inframundo para pedirle a Perséfone que guardara en una caja un poco de su belleza. Tras una larga Odisea, lo consiguió. Creo que no hace falta decir que tenía prohibidísimo abrir dicha caja y que cayó en la tentación. Esto le hizo caer dormida pero su amado Eros acudió en su auxilio y la despertó mediante una flecha. Y bueno, se casaron y Psique fue convertida en inmortal y fueron felices y comieron ambrosía.
 
Vale, así de primeras no se parece mucho a la versión de Disney, aunque hay algunos elementos comunes. Pero como debéis imaginar, la versión que todos conocemos no es la original.
  
Supongo que habrá versiones más antiguas del cuento pero la tradición francesa nos remonta a 1740 y a Gabrielle Suzanne de Villenueve. En vez de un cuento es una novelita corta de unas doscientas páginas en la que tanto el pasado del príncipe y de la Bella tienen una vital importancia. A grandes rasgos, nos cuenta la historia de la hija del rey de las Islas Felices, que está casado con un hada perversa que quiere matar a la chica. Por lo tanto, el buen hombre no tiene más remedio que esconder a su hija en una familia de mercaderes que ya tiene un puñado de hijos.
 
Mientras tanto, el príncipe protagonista no tiene padre y la madre tiene que encargarse de los menesteres y asuntos de palacio, aparte de librar las batallas. Por lo que deja a su hijo al cuidado de un hada (y mira que casualidad que resulta ser la misma tipeja). Cuando el príncipe se hace mayor, el hada le declara su amor y este la rechaza. Y adivinad, lo convierte en bestia.
 
Sin embargo, la versión más conocida del cuento es atribuida a una tal Joanne Marie Leprince. Reduce la novela en unas quince páginas. Tiene una intención moralista y es un cuento pedagógico en el que se entremezclan la religión y lo básico que todo niño buen educado debe conocer. Se postula que la finalidad del cuento podría haber sido calmar los temores de ciertas jóvenes que tenían que casarse con hombres mayores.
 
Pues bien, resulta que Bella es hija de un mercader adinerado y tiene dos hermanas y tres hermanos. Las otras dos chicas son malas y envidiosas (¿os suena?) mientras que Bella es la más hermosa, la más dulce y la más simpática. Como nos cuenta Disney, Bella es una lectora empedernida. El padre pierde todos sus bienes en un naufragio y por eso se tienen que amoldar a una vida más humilde de campesinos. Sus hermanas trinan porque han perdido su estatus.

Un buen día avisan al padre de que han encontrado restos de un naufragio entre los que podrían encontrarse sus posesiones. Las hermanas de Bella estaban locas de contentas porque iban a volver a ser ricas. Le piden a su padre que les traiga vestidos y joyas, mientras que Bella le pide una simple rosa. Y la que se lía por la puta rosa.
 
Desgraciadamente, no resultó ser el cargamento del padre y además, para más inri, el señor se perdió de vuelta a casa pero encuentra un camino iluminado que lo lleva a un castillo. Entra y tiene una mesa preparada con alimentos, una cama donde dormir. Al día siguiente, tenía sus ropas lavadas y planchadas. Cuando iba a marcharse, de repente ve un rosal y se acuerda de la promesa que le había hecho a Bella. Entonces, aparece la Bestia y casi lo mata. El mercader le cuenta su historia y hacen un pacto: tiene que regresar a casa y traer en su lugar a Bella o regresar él. Bueno, pues como resulta que Bella de buena es tonta, decide ir ella.
 
La Bestia se enamora de Bella y acude todas las noches para verla cenar hacia las nueve de la noche. Cada noche le pregunta a ver si se quiere casar con él y esta lo rechaza amablemente, con ese tópico de “es que solo te veo como un amigo”. Tres meses después, la joven echa de menos a su familia y la Bestia le permite ir durante ocho días a visitarlos, pero solo durante ocho días, sino se moriría. En modo chantaje emocional y manipulador, “si no vuelves, me dejo morir”. Le regala un anillo que permite viajar.
 
Regresa a su casa y a las hermanas les va bastante mal con el marido que les ha tocado. Y como son unas envidiosas porque a ella no le iba mal con la Bestia, la manipulan para que se quede más días. Pero un día tiene un sueño en el que ve a la Bestia moribunda y decide regresar. Por eso decide regresar. Lo encuentra medio muerto entre los rosales porque había dejado de comer y se había dejado completamente. Decide casarse con él porque era un buen partido. Acto seguido se transforma en príncipe.
 
Para concluir este cuento, era una prueba que le había puesto un hada a la Bella para ver si sería una buena reina. Ahí es nada.
 
 
En primer lugar y antes de centrarme en las dos historias expuestas, tengo que mencionar un grupo de cuentos en los que encajaríamos el mito de "Eros y Psique" y "La bella y la bestia", los denominados "Cuentos del animal-novio/a". Creo que no es necesario explicar una serie de cuentos en los que su principal característica es que el novio/novia del protagonista es convertido en animal. La verdad es que he encontrado poca información al respecto, así que si alguien tiene fuentes, que me las ponga en los comentarios.
 
Estos cuentos tienen tres características principales:
 
1) No sabemos por qué el joven ha sido convertido en animal.
2) Sí sabemos que fue una bruja o un hada quien realizó el hechizo, pero no recibe ningún castigo.
3) El padre obliga/propicia el matrimonio entre la joven y el animal.
 
La primera característica nos lleva a saber que la transformación sucedió en un pasado remoto. Esto a algunos expertos les hace pensar que es una manera de simbolizar la represión sexual. Hay que tener en cuenta que en aquella época se inculcaba la idea de llegar virgen al matrimonio. Que el sexo solo es bello y hermoso con amor y dentro del matrimonio, lo demás es similar al instinto animal.
 
El hada o la bruja convierte al joven en animal hasta que conoce el amor verdadero y entonces sí es adecuado mantener relaciones sexuales. En las historias en las que el animal es un joven no existe la figura de la madre. El hechizo debe romperse mediante el amor y a devoción enamorándose la joven de él. Para que esto ocurra, ella tiene queque transferirle a él el vínculo que lo unía a su padre. Lo que permite la unión con la bestia es el amor hacia su padre (arranca la rosa por ella y esta se cambia por él). En los cuentos en los que el animal es una chica, el joven mediante el valor y su heroísmo hace que se vuelva a convertir en humana (el chico rescata a la chica).

En la mayoría de los cuentos de Occidente el animal es de sexo masculino. El tipo de animal cambia según el cuento: una serpiente, un cerdo, un asno. Y la intencionalidad puede ser que las mujeres superen la idea de que el sexo es algo terrible y parecido a un animal. Los animales de sexo femenino no son repugnantes ni asquerosos. En los cuentos de hadas, el sexo sin amor es similar a un animal. Pero solamente cuando el animal es masculino se representa como algo brutal.

Centrándonos en "Eros y Psique", este mito nos cuenta las terribles consecuencias de intentar acelerar el amor y sexo. En esta historia también el sexo está presente, pero no de forma muy evidente. Por ejemplo, las flechas de Eros provocan el deseo sexual. Otro ejemplo de esto, es lo rápido que se deja convencer Psique por sus hermanas para matar a su esposo. Esto representaría los sentimientos negativos que tiene hacia el sexo y la pérdida de la virginidad.

En cuanto a "La bella y la bestia" la rosa cortada simboliza, como supondréis, la pérdida de la virginidad. Tengo intención de escribir una entrada sobre la simbología de la rosa en la literatura (sí, en 2019 vais a tener cuentos de hadas para rato) así que no quiero extenderme mucho. El complejo de Edipo (o de Electra, más bien) está presente en esta historia y en el desenlace Bella deberá de cortar el lazo que le une a su padre y entregarse a la bestia.

Otro punto interesante que me gustaría destacar de esta historia, aunque se puede ver en otras, es el cumplimiento de la fantasía narcisista de la protagonista. El palacio es aquel sitio donde se cumplen sus deseos, donde puede hacer lo que quiera, donde no tiene obligaciones. ¿Qué niño no quiere eso, una vida sin responsabilidades ni obligaciones, sin nadie que le diga lo que tiene que hacer? Pero esa vida, obviamente, se tornará en algo vacío y monótono y no es hasta que acude donde su padre cuando se da cuenta del amor que siente hacia la bestia. Solo cuando regresa al palacio deja de ver el sexo como algo repugnante y empieza a verlo como algo hermoso. Los expertos dicen que es necesario que los niños y jovencitos vean el sexo como algo repulsivo para evitar el incesto y no romper la estabilidad familiar.

Me he dejado mucha información en el tintero y temas que se podrían abordar a partir de este cuento. Si queréis otra entrada, pedídmelo en los comentarios. Si os ha gustado, seguidme en mi blog y en mis redes sociales.


 
sábado, 15 de diciembre de 2018 |

Pippi Calzaslargas, de Astrid Lindgren

"No te preocupes por mí, que yo sé cuidarme solita"

Las niñas ya no quieren ser princesas (y menos mal) y si lo quieren ser, no quieren que un príncipe venga a rescatarlas, ya se bajan la luna solita.

 Yo de pequeña no quería ser princesa, quería ser pirata, ninja, arqueóloga .  Quería ser como Indiana Jones y correr mil aventuras. Luego crecí y me di cuenta de que era demasiado vaga como para ir a hacer expediciones por el Amazonas y decidí hacerme filóloga, que para eso no hace falta mover el culo de la silla.  También hubo una época en la que quería ser como Pippi Calzaslargas y quería llevar dos trenzas como ella. Mi madre, fiel a sus principios, se negaba a hacerme dos trenzas o dos coletas porque eso era de "niña tonta". A cambio, me hacía una cola de caballo bien alta y bien apretada, impidiendo que me llegara la sangre al cerebro, como las que llevan las chonis. Mi madre debe de pensar que es mucho  mejor ser choni que tonta. Ser tonta  no implica ser choni pero mi madre no sabe que ser choni implica ser tonta. Así que fui una niña choni tonta a disgusto.

Hace pocos meses en una expedición a una librería (sí, a ese tipo de expediciones sí voy porque me pillaba de camino al trabajo, sin desviarme mucho) me topé de casualidad con un volumen cantoso, amarillo canario y el lomo morado, con una imagen de una niña con el pelo rojo vivo. Era la reedición de Blackiebooks (no, no les hago publicidad) de Pippi Calzaslargas. El resto de la historia los que sois lectores de corazón ya lo sabéis, ves un libro, Cupido te lanza una flecha y te enamoras. De repente notas un impulso, contra tu voluntad. Tú no quieres que eso suceda, pero agarras el libro con fuerza, para que nadie te lo quite y vas con decisión a pagarlo. No llevas dinero en efectivo pero tiras de tarjeta. Ya pensarás después como haces frente a los gastos que tienes. ¿A alguien le suena? Eso, señores, es el famoso amor a primera vista. No es hacia un hombre, es hacia una nueva historia que vivir, en la que sumergirte.

El personaje de Pippi Calzaslargas vio la luz por primera vez en 1945, creado por Astrid Lingreen. La hija de la autora, estando enferma, le pidió a su madre que le contara una historia de una niña llamada Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta (traducido algo así como Pippilotta Delicatessen Persiana Hierbabuena, agárrense que vienen curvas) y así nació este personaje. Enseguida, la sociedad empezó a llevarse las manos a la cabeza y la novela fue prohibida en diversos países, entre ellos España. Consideraban a Pippi una niña impertinente, maleducada, deslenguada y poco pedagógica.

 Sabemos que las niñas tienen que obedecer sin rechistar y son más bonitas cuando están calladas. Igual por eso asustaba tanto esta niña pelirroja. ¿Una niña independiente? ¿Una niña que no necesita de un hombre? ¿Una niña que se salva sola? ¿Una niña con más que fuerza que el hombre más fuerte del mundo? ¿A dónde vamos a parar?

¿Pippi Calzaslargas es un mal ejemplo? ¿Tom Sawyer es un ejemplo de conducta acaso? ¿El problema es que Pippi no tiene un adulto que se haga cargo de ella? Podría mencionar varios niños huérfanos de la literatura que mediante el ingenio y la picaresca tienen que buscarse las habichuelas para sobrevivir. Pero claro, son niños y futuros hombres. No podemos hacer que las niñas piensen que pueden ser independientes, que eso es corromper a las féminas y desviarlas de su cometido en la vida: casarse y lavarle los calzoncillos a su marido.

Para el que no se acuerde de la serie (porque doy por hecho que habéis tenido infancia y la habéis visto) la trama gira entorno a Pippi y a sus dos vecinos, Tommy y Annika. Pippi es una niña huérfana de madre cuyo padre es pirata y por eso ha viajado por todo el mundo. Vive la vida que todo niño querría vivir: sin obligaciones ni responsabilidades. Sin horarios, sin tener que ir a la escuela. ¿Podría ser que la autora quisiera reflejar una anarquía en su obra? Quien sabe.

 La novela es recomendada a partir de nueve años, aunque ya sabemos que la edad es muy relativa. Está estructurada en capítulos cortitos con una historia nueva en cada uno de ellos. Una lectura divertida, entretenida y fácil, además de hacernos retroceder a nuestra infancia. Desde una perspectiva adulta te das cuenta de algunos aspectos que de niño no te diste cuenta.

Y vosotros, ¿habéis leído la novela? ¿veíais la serie? Déjamelo en los comentarios, y no olvidéis seguirme en mis redes sociales y en el blog.