martes, 5 de septiembre de 2017 |

Si no te has casado, has fracasado en la vida.

Hace unas semanas una tarde de auténtica pereza me topé con esta película navegando por Netflix. No sé cómo ni por qué terminé viéndola. No parecía el tipo de película que me gusta ni que suela ver. Cualquier persona que me conozca lo más mínimo sabe que la palabra "romántica" me produce urticaria, tuberculosis y vómitos. Todo al mismo tiempo.  Pero bueno, intento abrir mis horizontes y no dejarme llevar por prejuicios y dar una oportunidad a cosas distintas.
Pero madre mía, qué película tan patética. Y si solo fuese patética no estaría tan mal. La gente no distingue entre una película que le gusta y una película buena. Yo siempre pongo el mismo ejemplo que me parece muy gráfico, a mí me encanta la saga de Paranormal Activity, o también me chifla la de El ciempiés humano. Y alguien me dirá que son películas malísimas. Sí, lo sé, eso no lo discutiré. Os doy la razón. Lo que quiero decir es que porque algo sea entretenido no lo convierte necesariamente en bueno. Ni todos los días me apetece ver una película de Billy Wilder.
Pero tristemente, Guerra de novias no se quedó en una peli "malilla" y entretenida. En ese caso no estaría escribiendo esto. Me indignó mucho el mensaje machista y misógino que transmite. Pero vayamos por partes.
La película trata sobre dos "superamigasdelamuerte" de la infancia, Liv (Kate Hudson) y Emma (Anne Hathaway), que como no su gran sueño es casarse en el Hotel Plaza de Nueva York. Cómo no, el sueño de toda mujer es casarse (pero a esto ya volveremos más adelante). Casualmente, a ambas les piden matrimonio prácticamente a la vez y celebrarán sus bodas en el mismo mes pero en fechas distintas. Hasta aquí, todo idílico (nótese el sarcasmo) pero la cosa se tuerce y por un fallo administrativo las bodas han sido programadas para el mismo día. Una de las dos tendrá que ceder y casarse en otra parte. Aquí comienza la bueno. Pues las dos amigas de la infancia empezarán a hacerse la vida imposible, a hacerse verdaderas putadas para que la otra ceda.

Casarse pronto y bien

En pleno siglo XXI hay mucha gente que tiene la idea, seguramente arraigada por el asco de mundo que hemos creado, que si una mujer no se casa ni tiene hijos es que ha fracasado estrepitosamente en su vida. Según el cine y la literatura, la vida de las mujeres gira en torno a la de los hombres: un novio, un marido, un padre, un hermano...y no tienen más vida aparte de esa. Me indigno mucho, porque he conocido mujeres que no tenían más vida que su novio. Ni aspiraciones, ni sueños, ni hobbys. El tener pareja no implica que tengas que dejar tu vida de lado. Que una puede querer casarse y tener hijos, me parece muy lícito, pero de ahí a pensar que si no lo haces has fracasado...tela.
Muy triste, de verdad. No sé si los que leáis esto habréis visto la película o si a pesar de mis advertencias queráis ver semejante obra cumbre del cine, pero voy a soltar un spoiler gordo, Emma al final rompe con su novio y no se casa. Pero no os preocupéis, que se lía con el hermano de su amiga del alma y dos años después se casan. Y por supuesto, las dos están embarazadas Y así llegan al culmen de la felicidad.

La peor enemiga de una mujer es otra mujer

Siempre he tenido la impresión de que las mujeres hemos sido educadas para ponernos la zacandilla entre nosotras y darnos codazos. Esta película demuestra que muy equivocada no estaba yo. Las dos amigas empiezan lo que toda la vida se ha llamado "putearse". Las dos amigas ( o enemigas) protagonizan patéticas escenas, por ejemplo, el personaje de Hathaway le envía diariamente bombones, dulces, etc. a Liv, quien tiene algo de tendencia a engordar, para que se ponga como una vaca y no le entre el vestido de novia. ¿En serio? ¿Eso hace gracia? Porque yo creo que roza la ridiculez más extrema.

Si esta película no es misógina y ridícula que alguien me lo justifique.

0 comentarios:

Publicar un comentario