miércoles, 30 de agosto de 2017 |

Hasta los huesos (2017), de Marti Noxon


Después de la polémica serie de Por trece razones que trata el tema controvertido del suicidio, Netflix vuelve a dar la nota con otro tema tabú en Hasta los huesos tratando el tema de la anorexia nerviosa.
Lo primero que me sorprende de esta cinta es Lily Collins, quien padeció trastornos alimenticios y protagoniza a una joven con anorexia nerviosa en estado muy avanzado. ¿En serio? A alguien que ha padecido este problema, ¿es realmente recomendable hacerla adelgazar hasta ese extremo para el papel y hacerle revivir toda su mierda? Quien ha padecido algún tipo de TCA nunca va a estar curado del todo, por mucho que se mejore siempre habrá momentos de tentación. ¿O un alcohólico no lo será toda su vida? ¿No tendrá que tener cuidado siempre? ¿No habrá tentaciones?
Pues la anorexia y la bulimia es exactamente igual, solo que la persona tendrá que lidiar con la comida cada día de su vida, y para colmo, consigo misma. De uno mismo no se puede huir, ni de la imagen propia reflejada en el espejo.
Por eso no entiendo como Lily Collins se ha prestado a algo así. Ni cómo su familia lo ha permitido.
¿Por qué?
Es cierto que no siempre tiene que haber un porqué para una enfermedad mental de este tipo, pero existen varios factores de riesgo y sobre todo un detonante. ¿Qué se te pasa por la cabeza el día en que decides dejar de comer? Esto no es te levantas y dejas de comer porque sí.  ¿En qué momento te empiezas a ver como una vaca y te convences de que tienes que adelgazar, hasta la muerte? En la película falta eso, no entiendo las razones de la chica protagonista (de cuyo nombre ni me acuerdo).

Navegando en la superficie de los TCA

Un miedo que tenía antes de ver esta película es que la película romantizase la anorexia. Porque sí, hoy en día las enfermedades mentales o ciertos trastornos se romantizan. Como en Por trece razones, que el suicidio es claramente una fantasía de venganza, acompañado del "ritual macabro" de unas cintas de cassette cargadas de culpas que van pasándose unos a otros.
Hasta los huesos parece estar hecha "desde el respeto" pero no arriesga, no se atreve a profundizar en el tema de la anorexia, ni ahondar en el alma de la protagonista.

Visibilidad masculina y de otros TCA

Un punto a favor que le doy a la película es que no se centra solo en la anorexia y en la bulimia, sino que hay presencia de otro tipo de trastornos de la alimentación que son más desconocidos: como el trastorno por atracón. Aunque es cierto que la mayor parte de las personas afectadas por estos problemas, cada vez hay más chicos que padecen TCA. Eso sí, me parece que la chica protagonista y el chico tienen cero química. No pegan como pareja, lo siento mucho. No hay chispa, como siempre, había que meter una historia de amor con calzador.

En resumen, creo que la película es correcta pero los personajes se me han quedado muy planos. No creo que sea perjudicial para la gente ni que incite a caer en la anorexia. Y me dirá algún pesado "es que ninguna persona se va a volver anoréxica por ver una película". Ya lo sé, la película no te pone la pistola en la cabeza para que te metas los dedos. Pero puede ser el detonante, no sabemos qué pasa por la cabeza de la gente y sobre todo hay que tener en cuenta, que sobre todo las mujeres, sufrimos una presión social muy grande con nuestro cuerpo.