En mis años mozos de universidad hice un grupito de amigas, de esas amigas que son como tus hermanas, éramos uña y carne. Pero cuando se forma un grupo de amigos siempre aparece un sujeto prototípico, "el acoplado", al que no se le ha dado vela en el entierro pero aparece con una corona de flores.
Así conocí a esta muchacha que no andaba bien de la azotea. La naturaleza no fue muy agradecida con ella, pero la verdad es que ella tampoco ponía mucho de su parte. La llamábamos "Atentados a la moda" por su indumentaria, iba vestida con chándales chillones, mal combinados y las botas altas, con el pantalón por dentro. Era objetivamente un atentado estético que rompía con la armonía allá por donde fuera. Vamos, que así de primeras ya se veía que la chavala o no regía bien o tenía serios problemas de visión. Porque tú la veías y te preguntabas, ¿se mirará al espejo antes de salir de casa? Se ve que no.
El otro indicio de que estaba perturbada era que solía montar pollos en medio de clase, de ponerse a gritar, de largarse de clase enfadada, sin motivo aparente. Por suerte, yo nunca estuve con ella en clase. Solo se nos solía acoplar, siendo de esas personas que crean situaciones incómodas, que te meten pullitas. Yo tengo el problema de que cuando no soporto a alguien se me nota y la susodicha debía de percibirlo.
Una del grupo compartía cocina en la residencia con una antigua compañera de instituto de la tronada, le contó que era esquizofrénica. Mis sospechas eran ciertas, estaba como una puta cabra. Además, ya me habían comentado que la habían visto hablando con las albóndigas en el comedor. Era sospechoso.
Y os preguntaréis, ¿y cómo acabaste durmiendo con esa? Pues era verano y la casa de una de mis amigas se desocupó un fin de semana, así que planeamos un fin de semana Ñoñostiland- San Sebastián. Pues no os jode que va mi amiga y la invita. Las demás con cara de gilipollas. Amiga Eli, si alguna vez lees esto, no se puede ser tan buena, no eres una ONG.
Aquí el problema es que una nunca sabe hasta qué punto estas personas son peligrosas. Lo mejor fue entrar en la cocina de mi amiga que tenía un inmenso juego de cuchillos y entonces es cuando empecé a calcular las probabilidades de que uno de esos cuchillos me rebanara el cuello mientras dormía.
El día transcurrió tenso, ya he dicho que creaba malos rollos. Eran fiestas de Donosti (bueno, si a eso se le pueden llamar fiestas) y como era ya tarde nos queríamos recoger ya para casa. Pero no, a Atentados se le antojó ir a las barracas, al quinto pino a montarse en el saltamontes. No recuerdo si fue en los dardos pero le tocó un premio a elegir. Eligió una máscara, de estilo africano, que daba un mal rollo...
Y llegamos a casa y el momento fatídico: decidir quién dormía con quién. Éramos cuatro y con Atentados cinco y solo había dos habitaciones. Sudores fríos. Música celestial cuando se ofreció ella a dormir en el salón. Yo dormí con Eli en una cama de matrimonio, que no dudó ni un segundo en tenerme aterrada toda la noche, contándome historias terroríficas sobre Atentados, sobre las perrerías que podría hacernos mientras dormíamos. Hija de puta, que encima fue donde ella y le dijo "si estás incómoda, te puedes meter con nosotras en la cama". Dormí intranquila, aterrada, me desperté varias veces gritando, solo podía pensar en el juego de cuchillos de la cocina. Porque te da por pensar, ¿se habría tomado la medicación? Porque yo desde luego no la vi.
Amaneció y di gracias a Dios por amanecer viva.
1 comentarios:
Estimada Crissy Guerrero;
Mi nombre es Rocío y, como tú, también estudié Filología Clásica, pero hace ya unos cuantos añitos, jejejeje.
Vi interesante la idea de seguir el blog de una chica joven, sus inquietudes profesionales, sus primeros trabajos, etc.
Si me lo permites, te pido un favor; reflexiona sobre la entrada que has escrito. La esquizofrenia es una enfermedad, sí. Y como tal, debemos tratar a los con el respeto que merecen, ¿No crees?
Un saludo y espero que tengas mucha suerte en tu andadura por el mundo Clásico.
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