sábado, 3 de febrero de 2018 |

Una vida como lectora (Parte I)

¿Cuál es tu libro favorito? Maldita pregunta, hay tantos libros favoritos que no sabría decidirme por uno solo. Hoy voy a tratar de recapitular aquellas lecturas que me marcaron de alguna forma y han hecho la persona que soy ahora.




Y no, no voy a empezar por Harry Potter ni va a aparecer en esta entrada. Yo ya era lectora compulsiva antes del niño mago. Mi interés por la lectura viene desde la más tierna infancia, creo que me venía de serie. Mis padres son grandes lectores pero si yo no hubiese sido lectora no habría sido un gran disgusto para ellos. Pero sin embargo, mi hermana dice que ella me inculcó la lectura, sin pretenderlo.

Mi hermana tiene nueve años más que yo, así que pensad que cuando yo tenía cuatro años ella tendría trece. Estábamos en distintas etapas de la vida, compartíamos habitación pero no horarios. Mi hermana leía todos los días hasta las tantas y dejaba la lámpara encendida, obviamente. Supongo que yo recibí el mensaje de que antes de dormir se leía, como un ritual. Una noche, cuando ya había aprendido a leer, me puse de pie en la cama y cogí uno de los pocos libros infantiles que había la estantería. Este fue El pirata Garrapata, ejemplar que aun sigo conservando. Hasta entonces tan solo había leído cuentos o me los habían leído.
Uno de los mejores recuerdos de mi infancia es la pequeña biblioteca que habíamos creado en mi clase. Había dentro del aula una estantería llena de libros que podíamos coger en préstamo, a mí eso me abrió un horizonte y creo que fue ahí cuando me convertí de verdad en lectora. Recuerdo leer un poco todas las noches aquellos libros, como Yo te curaré, dijo el pequeño oso o ¡Qué bonito es Panamá! de Janosch, una colección con un oso y un tigre como protagonistas. Me viene a la memoria unos libros de una gatita llamada Sophie, por favor, si alguien los conoce que me lo ponga en los comentarios porque no recuerdo ni título ni autor.
Además de leer, escribía. A mí nunca me gustó jugar, prefería otro tipo de actividades como leer, hacer puzles, dibujar, ver películas pero escribir estaba entre mis aficiones favoritas. Supe desde muy temprana edad que quería ser escritora, por eso cuando en tercero de primaria cuando nos mandaron leer Isu, el tiburón desdentado de Seve Calleja porque iba a venir el escritor a darnos una charla y a firmar libros estaba pletórica. ¡Un escritor de verdad!Que sí, que han venido más escritores a mi colegio pero creo que fue la única vez que me gustó el libro.

Al poco tiempo empezaron a ver la luz las novelas de R.L. Stine, y antes de que se pusieran de moda yo me vicié. ¡Qué libros tan malos pero qué buenos ratos pasé! En esa época valían unas 600 ptas (menos de 5 euros) y eran bastante accesibles, así que todas las semanas me solía caer uno cuando íbamos a hacer la compra. No me duraban ni un asalto y durante la semana tenía que recurrir a la biblioteca.

Pero llegó el temido momento en que los libros infantiles se te quedan cortos, yo necesitaba más. No existía la literatura juvenil o al menos yo no tenía forma de acceder a ella. Un día mi padre me puso la película Cementerio viviente basada en una novela de Stephen King. No sé si es era otra época o mis padres nunca tuvieron demasiado cuidado con lo que yo veía, actualmente ni se nos pasa por la cabeza poner películas de terror a un cría de diez u once años. A esa edad empecé yo a leer a Stephen King, autor muy explícito en todos los sentidos. Me fascinaban sus novelas, ahora no sé si sería capaz de leer alguna de ellas, me da como flojera. De adulta he intentado leer unas cuantas pero las he dejado a medias. Por favor, si alguien me puede recomendar alguna que me lo deje en los comentarios.

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