lunes, 5 de noviembre de 2018 |

Los niños que no van al colegio

No soy muy fiel a la televisión, no encuentro programas que sean de mi interés y Netflix lo tengo un poco en el olvido. Prefiero leer a las series, pero como plataforma de entretenimiento uso Youtube. Me ofrece contenido que la TV no me ofrece. 

Así conocí a Sara Inisterra, youtuber que por inspiración de canales del palo de Verdeliss se ha subido al carro de vender la intimidad de sus hijos (menores) como medio de vida. Por casualidad, me topé con un vídeo que se titulaba "¿Por qué no llevo a mi hija al colegio?". Para el que no tenga constancia de ello, porque sorprendentemente hay personas que no conocen este dato, en España la escolarización no es obligatoria hasta los seis años, es decir, hasta Primaria.  Es una decisión muy personal y que no se puede tomar a la ligera y se deben analizar muy bien sus ventajas y desventajas. Como padre o madre hay que preguntarse si en casa van a poder suplir esas carencias que podrían llegar a tener frente a sus compañeros en un futuro. 

Los argumentos que expone esta mujer, en mi opinión, no hay por dónde cogerlos. Expone que su cometido en la vida es ser madre, crecer como madre y no aspira otra cosa. Es una opción como otra cualquiera, hay que respetarla aunque no la comparta en absoluto. No soy madre pero si llegara a serlo, me aterrorizaría la idea de ser solo madre. Que mi vida fuese eclipsada por mi prole y que mi vida entera girase entorno a mi maternidad. No disponer de tiempo para leer, para seguir formándome y expandiéndome como persona.  Pero bueno, ese no es el caso.

El caso es que la tal Sara no quiere perder tiempo de estar con su hija. ¿Eso no es egoísmo? Privar a su hija de la educación para realizarse ella como madre. Y si me dices que es una persona con estudios de educación infantil o de psicopedagogía, pues vale. Pero es una persona que dice que habiendo cuadernillos Rubio en el Carrefour, ¿para qué va a ir su hija al colegio? Y además, si se puede descargar fichas por Internet. Con dos cojones. Creo que no hace falta tener una titulación universitaria para enseñar a un niño a contar del uno al diez, pero sí que hace falta para detectar problemas de aprendizaje o psicomotrices. Es como decir que para qué vas a ir al médico si ya te puedes autodiagnosticar con Google. Soy la primera en meterme con los estudiantes de magisterio (desde el cariño, claro) pero me parece que tienen una labor y una responsabilidad muy grande, mucho mayor que la de un profesor de Secundaria o de Universidad.

Un comentario de este vídeo mencionaba el homeschooling, la educación en casa. Esos niños que son educados por sus padres en el hogar.  Esta práctica en algunos países es completamente legal y extendida, sin embargo en España no está muy clara la legalidad. Podríamos considerarla alegal, que baila entre dos aguas. Por un lado, la escolarización entre los 6 y los 16 años es obligatoria pero el Tribunal Constitucional en 2010 resolvió que la "invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales"

¿Cuál es la principal razón por la que estoy de acuerdo con este movimiento? Porque el sistema educativo que tenemos en este país está podrido, aparte de obsoleto. La sociedad ha cambiado y ahora tenemos unas necesidades distintas. Estamos totalmente digitalizados y tenemos la información a nuestro alcance en cualquier momento. No es importante memorizar datos, ¿qué sentido tiene memorizar la lista de los reyes Godos si todos tenemos móvil acceso a Internet? ¿No es más útil enseñar cómo filtrar la información y cómo manejarla? Tampoco le veo ningún sentido a memorizar contenidos como un loro, vomitarlos en un examen para que después caigan en el olvido.

En el colegio se estudia pero no se aprende, que son dos conceptos totalmente distintos. Y este método tan maravilloso que tenemos tan solo es aplicable al alumno "estándar". Últimamente se hace mucho hincapié en la atención a la diversidad pero no lo suficiente. Si tienes un hijo con síndrome de Asperger, disléxico o algo similar, enseguida buscarán recursos y soluciones. Pero si tienes un hijo con altas capacidades, no le van a hacer ni puto caso, cuando estos niños también tienen necesidades especiales.

Voy a contaros un poco mi experiencia como alumna. A mí me encanta aprender, el problema es que no me gusta estudiar (como he dicho, son dos cosas distintas). Me gusta buscar información por mi cuenta sobre temas que son de mi interés y como sabéis, mi pasión es la literatura. Muchas veces lo he contado en el blog, yo en quinto de primaria comencé a leer a Stephen King y empezaba a descubrir obras clásicas como Platero y yo. Mi nivel de lectura y de comprensión siempre fue muy superior al de mis compañeros, así que algunos pensaréis que llevaba una gran ventaja sobre ellos porque la base de la educación es la comprensión. ¿Yo era brillante en el colegio? Rotundamente no. Lo primero, me aburría en clase como una ostra. Y no, no porque me crea superinteligente y superior al resto de la humanidad y que me aburriera porque ya lo sabía todo. No, nada más lejos de la realidad. En serio, para mí era un calvario estar sentada en una silla durante ocho horas escuchando al profesor, no me eran nada productivas esas horas. Estudiar no se me daba bien tampoco, no creo que tenga problemas para memorizar ni para aprender, pero sí de concentración. No me cuesta ponerme a leer y comprender los temas, hacer resúmenes, esquemas pero cuando llega el momento de repetir como un lorito y meter con un embudo conocimientos en mi cabeza es un suplicio.

La Universidad la recuerdo como un calvario, además tenía el problema de vivir bastante lejos (tres horas de viajes todos los días) y unos horarios criminales. Después de dar muchos tumbos, tomé la mejor decisión que pude tomar y fue quedarme en mi puta casa y no ir a clase. Porque, ¿para qué iba a ir a clase si a mí ese tiempo que pasaba allí no me era productivo? ¿a estar ocho horas mirando la pared para luego llegar a casa reventada? Yo con mi buena voluntad me ponía en la mesa a estudiar pero ya no me daba a esas horas la cabeza. Así me inicié en la "educación a distancia", iba a clase a los exámenes y punto. Me descargaba de la web el temario que tenía que preparar y me imponía mi rutina. Si tenía dudas, me las resolvía yo misma mirando en los manuales o en Internet. Aprendía a mi ritmo sin perder de vista los objetivos. Después de la facultad todo lo he hecho a distancia.

Supongo que esta es una de las razones que llevan a unos padres a tomar la determinación de educar ellos mismo en casa. Eso sí, no creo que cualquier padre está capacitado para ello ni que sea la metodología adecuada para cualquier niño. He estado investigando un poco sobre esto, viendo distintos canales sobre familias de homeschoolers y la verdad es que me ha parecido muy interesante. Algunos optan por seguir el currículum establecido por el Estado, a su manera, pero se proponen alcanzar las competencias de cada nivel. Eso sí, a su particular manera y haciendo al niño partícipe de su propio aprendizaje. Por ejemplo, había una familia que los martes dedicaban una hora a conocer un país del mundo y sus costumbres. Cada niño investigaba por su cuenta sobre festividades, comidas típicas, idioma, vestimenta, cada uno a su nivel.

Además, se tienen muy en cuenta los intereses del niño. Por ejemplo, si alguien estudia la Antigua Grecia puede sentir más inclinación sobre la mitología, la literatura, la historia, las costumbres, etc. ¿Por qué no dar rienda suelta a la curiosidad por aprender e investigue sobre aquello que sea de su interés? Sí, hay que tener unos conocimientos básicos. Pero, ¿alguien se acuerda de lo que estudió en el colegio? ¿Os acordáis de las etapas de la Antigua Grecia? ¿Os acordáis en qué siglo vivió Alejandro Magno? Sin embargo, lo que se aprende con ganas no se olvida.

¿A vosotros qué os parece eso del homeschooler? ¿Qué pensáis de la educación actual? Contádmelo en los comentarios.

Si os ha gustado la entrada, no dudéis en seguirme tanto en el blog como en mis redes sociales.


1 comentarios:

Poema a un muerto dijo...

Pero qué entrada más interesante!! Realmente comparto todo lo que has dicho aquí. Me resulta algo muy egoísta por parte de esta tal Sara el no mandar a su hija a estudiar, siendo que en el jardín de niños o preescolar ellos aprender también a jugar con sus pares y las reglas de la sociedad, cómo conducirse en el mundo, lo que se puede hacer o no con los pares que tienen, a respetar a la autoridad. Si bien no es obligatorio, el tenerlos en la casa puede repercutir más adelante en sus vidas. Tampoco soy madre, pero que los chicos queden encerrados en la casa todo el día no es sano, tampoco tienen un sentido de rutina, que si bien es poco lo que recordamos de eso, nos forma.
Esta entrada me ha parecido excelente!
Ya te sigo!
Un cariño desde Poema a un muerto

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